viernes, 24 de febrero de 2012

CIPAYOS STAND UP

Yo sé que apareció en todos lados, pero, es un puema. Vale la pena volverla a leer para entender de qué son capaces algunas eminencias. ¿Intelectuales? No creo que tengan el tamaño que exige esa palabra:
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Malvinas, una visión alternativa

"A tres décadas de la trágica aventura militar de 1982 carecemos aún de una crítica pública del apoyo social que acompañó a la guerra de Malvinas y movilizó a casi todos los sectores de la sociedad argentina. Entre los motivos de aquel respaldo no fue menor la adhesión a la causa-Malvinas, que proclama que las Islas son un “territorio irredento”, hace de su “recuperación” una cuestión de identidad y la coloca al tope de nuestras prioridades nacionales y de la agenda internacional del país.
Un análisis mínimamente objetivo demuestra la brecha que existe entre la enormidad de estos actos y la importancia real de la cuestión-Malvinas, así como su escasa relación con los grandes problemas políticos, sociales y económicos que nos aquejan. Sin embargo, un clima de agitación nacionalista impulsado otra vez por ambos gobiernos parece afectar a gran parte de nuestros dirigentes, oficialistas y de la oposición, quienes se exhiben orgullosos de lo que califican de “política de estado”. Creemos que es hora de examinar a fondo esa política a partir de una convicción: la opinión pública argentina está madura para una estrategia que concilie los intereses nacionales legítimos con el principio de autodeterminación sobre el que ha sido fundado este país.
Una revisión crítica de la guerra de Malvinas debe incluir tanto el examen del vínculo entre nuestra sociedad y sus víctimas directas, los conscriptos combatientes, como la admisión de lo injustificable del uso de la fuerza en 1982 y la comprensión de que esa decisión y la derrota que la siguió tienen inevitables consecuencias de largo plazo. Es necesario poner fin hoy a la contradictoria exigencia del gobierno argentino de abrir una negociación bilateral que incluya el tema de la soberanía al mismo tiempo que se anuncia que la soberanía argentina es innegociable, y ofrecer instancias de diálogo real con los británicos y –en especial- con los malvinenses, con agenda abierta y ámbito regional. En honor de los tratados de derechos humanos incorporados a la Constitución de nuestro país en 1994, los habitantes de Malvinas deben ser reconocidos como sujeto de derecho. Respetar su modo de vida, como expresa su primera cláusula transitoria, implica abdicar de la intención de imponerles una soberanía, una ciudadanía y un gobierno que no desean. La afirmación obsesiva del principio “Las Malvinas son argentinas” y la ignorancia o desprecio del avasallamiento que éste supone debilitan el reclamo justo y pacífico de retirada del Reino Unido y su base militar, y hacen imposible avanzar hacia una gestión de los recursos naturales negociada entre argentinos e isleños.  
La República Argentina ha sido fundada sobre el principio de autodeterminación de los pueblos y para todos los hombres del mundo. Como país cuyos antecedentes incluyen la conquista española, nuestra propia construcción como nación es tan imposible de desligar de episodios de ocupación colonial como la de Malvinas. La Historia, por otra parte, no es reversible, y el intento de devolver las fronteras nacionales a una situación existente hace casi dos siglos -es decir: anterior a nuestra unidad nacional y cuando la Patagonia no estaba aún bajo dominio argentino- abre una caja de Pandora que no conduce a la paz.
Como miembros de una sociedad plural y diversa que tiene en la inmigración su fuente principal de integración poblacional no consideramos tener derechos preferenciales que nos permitan avasallar los de quienes viven y trabajan en Malvinas desde hace varias generaciones, mucho antes de que llegaran al país algunos de nuestros ancestros. La sangre de los caídos en Malvinas exige, sobre todo, que no se incurra nuevamente en el patrioterismo que los llevó a la muerte ni se la use como elemento de sacralización de posiciones que en todo sistema democrático son opinables.
Necesitamos superar la agitación de la causa-Malvinas y elaborar una visión alternativa que deje atrás el conflicto y aporte soluciones. Los principales problemas nacionales y nuestras peores tragedias no han sido causados por la pérdida de territorios ni la escasez de recursos naturales, sino por nuestra falta de respeto a la vida, los derechos humanos, las instituciones democráticas y los valores fundacionales de la República Argentina, como la libertad, la igualdad y la autodeterminación. Ojalá que el dos de abril y el año 2012 no den lugar a la habitual escalada de declamaciones patrioteras sino que sirvan para que los argentinos -gobernantes, dirigentes y ciudadanos- reflexionemos juntos y sin prejuicios sobre la relación entre nuestros propios errores y los fracasos de nuestro país."
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Emilio de Ípola, Pepe Eliaschev, Rafael Filippelli, Roberto Gargarella, Fernando Iglesias, Santiago Kovadloff, Jorge Lanata, Gustavo Noriega, Marcos Novaro, José Miguel Onaindia, Vicente Palermo, Eduardo Antin (Quintín), Luis Alberto Romero, Hilda Sabato, Daniel Sabsay, Beatriz Sarlo, Juan José Sebreli

24 comentarios:

  1. Tantos tipos se juntaron para escribir algo tan básico, carente de sustento histórico y fundamento político

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  2. Dormidano, me cuesta digerir los nacionalismos de cualquier índole, incluso los propios, y por eso no comparto que lo que está ahí escrito implique necesariamente cipayismo. Me gustaría, si no es molestia, que explicara las razones de su crítica.

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  3. Me asusta la rapidez con la que se apuran a calificar de "patrioterismo" el intento diplomático argentino. ¿Cuál es la línea que separa el reclamo diplomático de legítimos intereses y el "patrioterismo"? El reclamo argentino es puramente estratégico: se intentan recuperar los recursos de Malvinas (el petróleo, prioritario), para lo cual no es necesario esgrimir argumentos nacionalistas o antinacionalistas. ¿No se puede hablar de Malvinas en esos términos, siquiera?

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  4. Cito "Un análisis mínimamente objetivo demuestra la brecha que existe entre la enormidad de estos actos y la importancia real de la cuestión-Malvinas"

    En negrita vemos para quien trabaja estos cipayos regalapatria, para la corona pirata.- jeje

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  5. Vea, yo no entiendo demasiado del tema. Pero a primera vista y por una mera cuestión de cercanía podría afirmarse que, en efecto, las Malvinas son argentinas. Lo segundo que se me ocurre es preguntarme por qué estaría mal tender un puente hacia los isleños. Es decir, hasta ahora la postura argentina no ha servido de mucho, no sólo no nos han devuelto las islas, sino que los kelpers nos odian.

    Más allá de que sean una continuidad de los piratas etc, ¿qué culpa tiene una persona nacida en la isla? No le puede caer bien ser atacada. Y no le debemos resultar confiables, si entiende que entregamos la cordillera a cualquiera, con todos sus recursos naturales.

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  8. Me parece francamente detestable este texto.
    Parece casi que dictado por Cameron.
    La invocación al chauvinismo es una simple desviación.
    Muchos “anti-nacionalistas declamados” son hoy los que suelen utilizar elementos de características abiertamente nazis en su accionar.
    Es de un contenido entreguista alarmante esto; de pie a cabeza.

    Los denominados kelpers son ocupas con quienes nada hay que consultar.
    Y cuyos ancestros no dudaron en pasar a degüello a todo habitante originario para expulsarlo.
    Ayer tratados como habitantes de segunda de la corona, hoy son enaltecidos en función de los recursos naturales y la posición estratégica que la corona pretende usufructuar.
    La acción bélica fue emprendida hace 30 años por una dictadura de la que no podemos hacernos cargo, como pretende el documento invocando un apoyo de la ciudadanía como excusa.
    Como no podemos hacer cargo a la Alemania de hoy de lo actuado por los nazis.
    El llamado principio de autodeterminación es falso en este caso. No cabe para los ocupas.
    Las Malvinas son argentinas y deben ser restituidas. No existe la menor duda al respecto.
    Que se hagan cargo los británicos de sus ocupas si no quieren ellos atenerse a asumir la ciudadanía que les corresponde.

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  9. Anónimo:
    Es que se necesita a tantos para decir tan poco.

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  10. Rob:
    Por la absoluta coincidencia de los argumentos de los citados con los que esgrime Inglaterra.

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  11. Jorge:
    Según estos muchachos, no.
    Por otro lado, que es el mismo, legitimar una situación jurídica de despojo, anulándola mediante la apelación a la "autodeterminación" es francamente deleznable. Sin duda que importa lo que piensen los isleños, pero eso no anula la soberanía argentina prima facie.

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  12. Anti:
    Es que están tan lejos de la General Paz esas Malvinas...

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  13. Maia:
    Separemos los tantos: la Malvinas son argentinas por que así lo establece el derecho internacional, la plataforma submarina y así. Además fueron pobladas por argentinos hasta que Inglaterra las tomó por la fuerza. O sea, no es capricho que sean argentinas.

    Sobre los isleños: se pueden tender todos los puentes que se quieran, pero la discusión sobre la soberanía está fuera de agenda, porque ya fue dirimida en otros foros y definida a favor de Argentina. O sea, discutimos todo, excepto lo que el derecho internacional ha fijado.

    No importa si les cae bien o mal, en esto no tiene arte ni parte, porque arrancamos de una situación de despojo.
    En realidad, deberían ser los isleños los interesados en tender puentes, dado que están como polizones en un espacio territorial que no les pertenece.

    Supongamos por un momento que quisieran, por autodeterminación, ser argentinos ¿cree Ud. que Inglaterra accedería?

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  14. Daniel:
    La pura y dura verdad.
    Se puede mostrar buena voluntad con los isleños, pero no discutir con ellos asuntos de soberanía.

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  15. Dormidano, si hablamos de derechos de habitantes históricos: Argentina tenía población cuando fue "descubierta". Y después llegamos millones de inmigrantes. ¿Somos usurpadores? ¿Cómo volvemos todo para atrás?

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  16. Rob:
    Yo sabía que venía ese cuestionamiento.
    Las situaciones no son equiparables Rob. Aunque sí, y debería ocurrir, es necesario reconocer derechos aún no reconocidos de pobladores originarios. Pero los originarios en ningún momento han solicitado ser independientes o no ser argentinos. Piden les sean reconocidos sus derechos como habitantes originarios de un territorio.
    Los malvinenses no son población originaria, son población que se asentó luego de la invasión de Inglaterra.
    No es lo mismo, aunque suene parecido.

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  17. Por eso digo, sí creo que son argentinas. Y no, cuesta suponer que Inglaterra accedería.

    Desde mi posición de Doña Rosa, si se quiere, me parece importante que el gobierno tenga una oposición. No agorera ni petardista, sino pensante. Desde siempre fueron los intelectuales y los filósofos, los encargados de cuestionar las políticas de Estado.
    Más o menos intelectuales, es lo que hay. Si son funcionales a los intereses británicos, si perciben algún tipo de prebenda, el tiempo dirá. En principio, me cuesta creerlo.

    Nadie duda de la importancia estratégica de la zona, ni de sus recursos de agua y comida. De todas formas todo este tema de Malvinas me parece una distracción de lo que ahora está en juego: la pérdida de las riquezas naturales a manos de las multinacionales, en toda latinoamérica. El saqueo sistemático y diario.

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  18. Maia:
    Lo que yo pienso es que estos señores quieren marcar su presencia.
    Podrían tener una posición menos cipaya, no hace falta la genuflexión permanente.
    Es más, hay un montón de objeciones a la política sobre Malvinas, pero no están decididos a ser una oposición seria sino más bien a buscar su propio posicionamiento con el auspicio tácito de los que tienen el chupetín por el palito.

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  19. Dormidano, ¿población importada que desplazó a otra? Eso es análogo al debate sobre la legitimidad del estado de Israel, por ejemplo. Pero esa no quiero discutirla, porque no sé.

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  20. El Amo y el Esclavo. Siempre llega... Siempre me pregunto: Cuánto deberían pagarme para olvidarme de lo que Soy y escribir para "ellos".
    Cuál es el precio, Dormi, de los giles como nosotros??

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  21. Rob:
    En el caso del Estado de Israel el pueblo preexistente que fue desplazado a los balazos fue el palestino.
    En cuanto a población importada, insisto, Las Malvinas están en aguas argentinas por derecho internacional, fueron habitadas por argentinos hasta que los ingleses los desalojaron. Hay mucho antecedente.

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  22. Edu:
    Nunca pensé que yo tuviera un precio. ¿Quién cuernos va a querer pagarme para que escriba algo? Seamos sinceros...ja.

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  23. Es curioso que quienes argumentan en favor de los pobrecitos kelpers no adviertan (ni se horroricen por eso) que Inglaterra, con guerra o sin guerra, NO los consulte ni ponga en prioridad sus intereses o deseos. El único "deseo" vigente de los kelpers es seguir siendo ingleses, por lo demás son el decorado y la excusa para la "autodeterminación".
    No tienen ni voz ni voto - hoy, bajo el dominio inglés y su status es bastante menor al que tendrían siendo una hipotética provincia argie. Su pretendido "bienestar" económico es una propina comparado con todo lo que hay rapiñado y para rapiñar por la simpática "corona".
    Basta ya con esa historia de los "pobrecitos".... y no hablo de los 17 hijos de puta y falsarios.

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  24. En esta -tal y como lo detallo en mi blog- no puedo coincidir al 1oo%.

    Es cierto que hubo invasión inglesa.
    También es cierto que el derecho geográfico está de nuestro lado.
    Y cierto es también (ahí creo, radica la diferencia: las situaciones sí son equiparables -invasión española en territorio americano e invasión ingles en malvinas-, sólo que los isleños han decidido seguir siendo colonia) que los isleños han tirado por la borda su derecho a la autodeterminación, desde el mismo momento en que decidieron no ser una nación.

    Pero cierto es también que los isleños, si decidieran (cosa que no creo vayan a hacer) independizarse de GB, el derecho de autodeterminación los asistiría, más allá de que lo reclamen o no, así como los asisitió a nuestros ancestros cuando decidieron separarse de la metrópoli española)
    Y ahí sí, creo yo, nos tendríamos que sentar a charlar con los isleños o bien, devolver a los descendientes de originarios las tierras usurpadas por el invasor español.
    Caso contrario, la contradicción ética quedaría en la superficie: ¿Nosotros, que nacimos aquí y no tenemos culpa de latrocinios anteriores, tenemos derecho a ocupar tierras usurpadas por muchos de nuestros ancestros, pero los isleños no tendrían el mismo derecho?
    El caso es hipotético, pero no se me antoja para nada soslayable justipreciar todo el abanico de hipótesis.

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Bueno, os dejo en libertad. Disculpen las molestias ocasionadas.