Antes las paredes hablaban, tenían algo que decir, eran el mural que gritaba cuando no se podía susurrar. Decían lo que estaba atragantado en la garganta y salía por los dedos que empuñaban un pincel o un aerosol.
Ahora las paredes están sumergidas en la confusión, ahogadas con textos superpuestos, cegadas de trazos que, en la mayoría de los casos, sólo buscan su propia autogratificación.
Las paredes, debido a esta sobreabundancia de mensajes, ya no hablan: están mudas.
Y, aunque quieran hablar compañero, dicen cada cosa!!!!
ResponderEliminarEsos mensajes, escritos a la corrida con un aerosol, dejaron lugar a mensajes huecos... De ahí que no las oímos... Están enfermas de mudez absoluta...
Buenísima la reflexión que de tan cotidiana se nos hace costumbre...
Hilda:
ResponderEliminarExtraño esas paredes que inspiraban un guiño de complicidad, la mirada de inteligencia del otro que también había comprendido y compartía el mensaje. Que tiempos aquellos y qué tiempos éstos.
No digamos que fue mejor... significaría que perdimos la batalla...
ResponderEliminarSimplemente tiempos distintos, ahora inmersos en la cultura individualista, batallamos desde nuestra casa en y con un teclado...
Hilda:
ResponderEliminarLinda cuestión para pensar: si el espacio virtual cumple ahora la función del muro allá lejos y hace tiempo.
Entre nosotros, algunas batallas perdimos, lamentablemente.
ssssssssshhhhhhhhhhhh que por "la guerra" continuamos...
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