Además, un anciano recuperó su virilidad y arrojó, al bajar las escaleras del avión, un frasco de viagra. ¡Milagro, milagro!. Y todo gracias a la sangre del beato. Ahora Berlusconi y Papandreu se pelean por la reliquia a los efectos de lograr otro milagro: volver al poder. Se rumorea que Lagarde lanzó a los templarios franceses tras el preciado tesoro para lograr el anhelado milagro económico.
No da abasto Juan Pablo. Labura más que en vida.
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¡Es un santo el difunto muerto que ya falleció!
La sangre del papa beato obró el milagro... ¿Si llevan una pequeña muestra a los países que andan caminando por la cornisa?
ResponderEliminarDigo... Así todos salimos diciendo "Milagro, milagro"
(no me propongan prestarles a Cristina porque me opongo)
Que lo parió don Dormi, esto si que son milagros... si un poquito de sangre puede hacer eso, que no haría un pedazo de higado.
ResponderEliminarAhora, yo digo, ...don Juan Pablo se anduvo sacando sangre a diestra y diestra por el mundo, y dejando ampollas por si alguien necesitaba un poco de sangre santa? Habrá hecho también donaciones de semen? Todo lo que tiene que pensar un papa, che, y uno que no le da importancia...
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