Claro, y mandarse una ensalada de rúcula, queso de cabra y mandarina con esferas de carne picada, debe ser la gloria. Para no decir "almóndigas" con esa porquería.
Ram: A mi estas pretensiones de la comida gourmet me causan mucha gracia. Para mi hay dos cosas que definen al morfi: su calidad misma y su abundancia. Las muestras gratias y esas mescolanzas sospechosas no me agradan demasiado. Paladar de pobre tengo. Adiestrado en guisos y milanesas con puré.
Sujeto: Yo creo que esta muchacha adolece de esa enfermedad. Un pretendido savoir faire impostado que mira el mundo con la napia apuntando pal techo. Y denigra por "grasa" todo aquello que no tenga otra pretensión que ser comida. Una milanesa que es milanesa le da pavor, ahora, si es carne envuelta en halo de huevo y astillas de pan, la cosa cambia. Ahí Carolina aprueba con la sabiola. Nunca alcanzará esta señorita un orgasmo gastronómico como Tutatis manda. Eso se lo garanto.
uyyy, eso de "grasa", mmm para mi que es culinarismo racista ésto.
ResponderEliminarDormi; aquí me acuerdo de usted, y biennn:
http://elaguantepopulista.blogspot.com/2010/12/feliz-ano-amigos_30.html
Unfor:
ResponderEliminarEs que a mi me critican las tortafritas y me vuelvo loco.
Ahí paso por allá.
Claro, y mandarse una ensalada de rúcula, queso de cabra y mandarina con esferas de carne picada, debe ser la gloria. Para no decir "almóndigas" con esa porquería.
ResponderEliminarRam:
ResponderEliminarA mi estas pretensiones de la comida gourmet me causan mucha gracia.
Para mi hay dos cosas que definen al morfi: su calidad misma y su abundancia.
Las muestras gratias y esas mescolanzas sospechosas no me agradan demasiado.
Paladar de pobre tengo.
Adiestrado en guisos y milanesas con puré.
Coincido con usted, Dormi.
ResponderEliminarMuy bien elegido el título del post, por cierto.
Sujeto:
ResponderEliminarYo creo que esta muchacha adolece de esa enfermedad. Un pretendido savoir faire impostado que mira el mundo con la napia apuntando pal techo.
Y denigra por "grasa" todo aquello que no tenga otra pretensión que ser comida. Una milanesa que es milanesa le da pavor, ahora, si es carne envuelta en halo de huevo y astillas de pan, la cosa cambia. Ahí Carolina aprueba con la sabiola.
Nunca alcanzará esta señorita un orgasmo gastronómico como Tutatis manda. Eso se lo garanto.