La coartada de los excesos, esa teoría de los loquitos que se pasan de rosca en medio del fragor de una invasión, esa disculpa, ha dejado de existir. No hay más defensores de la libertad o combatientes de la democracia. Ahora los asesinos se quedan sin careta. Espero que semejantes revelaciones sirvan para evitar nuevos ataques en nombre de una supuesta democracia.
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¿Y el Máster lo habrán hecho en la Escuelita de las Américas?
ResponderEliminarMoscón:
ResponderEliminarSi y el doctorado fue un laburo de campo en Afganistan.
Que lindo! habrá sido muy divertido hacer eso.
ResponderEliminarPero que hijos de mil puta que son.
Tres:
ResponderEliminarSi si. En eso tiene cuatro doctorados. Son hijos de puta diplomados por el MIT.