Ya hemos predicho que la Obviología terminará por dominar el firmamento científico de un momento a otro. Acá tenemos una prueba irrefutable de ese avance: la Escuela Periodística Obviológica.
Más vale que vayamos cambiando de paradogma o el tren del progreso pasará a nuestro lado y nosotros ni cuenta nos vamos a dar.
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Dormidano:
ResponderEliminarUsté´he un muchacho con experincia,ayúdeme:
¿De que color era el jamelgo blanco de San Martín?
Moscón:
ResponderEliminarMire que me pone en un aprieto, déjeme investigar...
A mí lo que mellamó la atención es el cómo se refieren a la pobreza, como si fuera algo externo, como una enfermedad.
ResponderEliminarPrometeo:
ResponderEliminarSi, la toman como algo exterior, distinto, que no los toca ni les incumbe.
Una actitud extendida le voy a decir.
Ni hablemos de las enfermedades de la pobreza argumental.
ResponderEliminar¡Mire usted el notición que me desayuno!
ResponderEliminarRam:
ResponderEliminarEsa es una pandemia.
Jorge:
ResponderEliminarClaro, hay que ser un periodista de investigación enorme y sagaz para comprender la relación establecida.
Yo nunca me había dado cuenta.
Lo parió.
¡Ah, estos pobres que se enferman porque quieren!¿vió como viven? Lo único que falta es que quieran tener enfermedades de ricos.
ResponderEliminarPero estas enfermedades de la pobreza, ¿son por la marginación, por las desigualdades sociales, o son la como las "enfermedades del poder"?
Mauro:
ResponderEliminarNo, se enferman por jodidos que son los pobres.
De malagradecidos se enferman.
Enfermedades de la polenta podrían llamarse.