sábado, 7 de agosto de 2010

EL VOLUMEN DE LA INDIGNACIÓN

En estos días he comprobado que la INDIGNACIÓN (así, en mayúsculas, con el dedito levantado y apuntando al infinito) tiene Volumen. No me refiero al volumen físico, volumen=densidad x masa o al de un cubo, volumen=lado x lado x lado.
Me refiero a esa perilla que se usa en los aparatos de audio para elevar la amplitud del sonido.
La Indignación tiene un control semejante.
¿Cómo opera?
Funciona bajo ciertos parámetros, determinadas variables que, sumadas, logran elevar o atenuar la amplitud de la Indignación, o sea, incrementar o disminuir el volumen de la misma.
Veamos un par de ejemplos:
1.-Supongamos que se mueren 25 niños por día por causas evitables antes de cumplir un año en Argentina. Veamos la perilla de Volumen. Apenas se ha movido. Sube unos pocos decibeles y baja instantáneamente. Es que apareció Marcelo Tinelli en la pantalla y están a punto de bailar esbeltos cuerpos femeninos apenas cubiertos por efímeras vestimentas, mientras un jurado de notables establece cuál de todos se deslizó con mayor presteza por el caño de acero inoxidable.
2.-Supongamos que los policías de la federal hace un par de semanas levantaron a un grupo de pibes en la vereda del Alto Palermo y los torturaron haciéndoles pasar electricidad por el cuerpo. Observemos la perilla de Volumen. Otra vez, apenas unos decibeles. Y ya bajó. Es que en la pantalla ahora está Botineras
3.-Supongamos que un bebé murió por un parto prematuro producto del asalto que sufrió su madre en una "salidera bancaria". Atención, el control de Volumen comienza a subir, no para de trepar. Gira hasta llegar al máximo. Se ha quedado ahí. No baja. La amplitud de la indignación alcanzó toda su magnitud (es aquí cuando podemos constatar llamadas frenéticas a los programas de radio, frases del tipo "hay que matarlos a todos", ruedas de consulta acerca de la pena de muerte, el que mata tiene que morir, ojo por ojo diente por diente, todos somos X, todos somos Y). El control permanece en ese límite que amenaza con romperle los tímpanos a cualquiera. Es extraño, porque aún cuando siguen en la pantalla Tinelli y Botineras, la Indignación no baja.
No encontré explicación para estas variaciones en el Volumen de la Indignación.
No sé porqué baja cuando mueren niños.
No sé porqué baja cuando torturan a niños.
No sé porqué sube cuando muere un niño.
Porque en los tres casos hablamos de dolor, sufrimiento y muerte.
Si Uds. me pueden ayudar a desentrañar el misterio, se los agradecería con la mayor deferencia.

9 comentarios:

  1. La cuestión planteada a mi modesto entender es en principio bastante hijaputa,pero partiendo que somos una socidad reactiva y no proactiva,el indignarse se hace mas fácil si identificamos rápidamente el responsable de la injusticia con gente como uno, con potencial, empatía mediante,de ser uno víctima de una situación similar.
    Al no ser proactivos siempre vamos detrás de los acontecimientos preguntándonos como pasa lo que pasa y las respuestas se tornan confusas, retorcidas,y casi abstractas,totalmente desorientadoras del verdadero origen vergonsozo,que es la inequidad estructural producto de la indiferencia de amplios sectores que creen haber cumplido con sus obligaciones,por lotanto eximidos por la gracia de su clase de padecer carencias por las cuales lucharon para no padecer,la impotencia de reclamar sus derechos.
    La noticia del hecho aislado va preparada para la emoción,para quel público se identifique y reclame violencia,hogueras y torturas reparadoras.
    La información del desecho social trágico del cual todos somos culpables se da de manera aséptica-estadística deshumanizándolo en una simple pila de#,sacándole nombre,apellido,sueños,proyectos,mamá, papá,hermanos.Esterilización de contenido humano por mutilación de identificación empática.

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  2. Moscón:
    El reino del "¿A Ud. le gustaría...?". Ése al que a uno lo lleva la mala memoria. O el olvido, una sofisticada treta de la voluntad.

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  3. Dormidano:
    Exáctamente.La tragedia masiva si se trata tocaría un amplio sector de panzones cómplices,responsables con nula gana de reconocerse como tales,por una cosmovisión bastante estrecha y posibilitadora de la posición egoísta.El hecho aislado de poco impacto estructural se magnifica hasta tapar el verdadero origen del problema escencial apelando a la sensiblería.

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  4. Luego de leer los comentarios de varios diarios digitales, no me queda otra explicación que ésta. En la retorcida mente argenta, los infantes mueren porque los padres son unos vagos, mantenidos por "mis" impuestos. El pibe torturado "en algo andaba", tenemos que proteger a la policía que nos protege, cuando los llamamos ahí están, etc. Siempre que hay un policía involucrado, el otro es criminal, un peligro para la sociedad decente y trabajadora. Ahora el bebé, otra víctima más de la inseguridad que nos acosa. Una mujer decente, trabajadora,formando una familia y las lacras de la sociedad le tiran todos los sueños a la basura. Una mujer como "nosotros", un bebé como el "nuestro". Dicho de otro modo, el bebé murió porque los asaltantes no entraron en la estadística de los 25 niños o, cuando pibes, no fueron víctimas del gatillo fácil.

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  5. Moscón:
    Sensiblería.
    Es como si el noticiero lo manejara Alberto Migré.
    Novelada, la realidad deja de ser tal. Es un editorial tras otro.

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  6. Anónimo:
    Gente como uno. Por eso Isidro es más víctima que los 25 o los pibes torturados con electricidad.
    El huevo de la serpiente diría Ingmar Bergman.

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  7. Hace apenas veintiseis o veintisiete días un bebé murió de frío en brazos de su madre. Murió a la vista de todos, porque su mamá está en situación de calle. ¿Cómo es ver morir a un ser humano de frío en la puerta de tu casa mientras estás viendo a Tinelli?
    Lo de Isidro es un golpe bajo, utilizado políticamente por quienes necesitan estigmatizar a un segmento de la sociedad, y se termina demonizando a un montón de personas que jamás matarían a un bebé.
    Si sos negro y venís de un barrio pobre no podés atender un negocio en un shopping, podés baldear el baño o vigilar con una gorra.
    Entrás a cualquier lugar y podés saber de un vistazo qué lugar ocupa cada uno atendiendo a su mayor o menor "europeidad". Los naturales tienen los peores puestos, salvo que sean sindicalistas o futbolistas.
    ¿Qué se puede esperar de este estado de las cosas?
    ¿Mi hijo se muere de frío en tu portal sin que se te mueva un pelo? ¿Y no obstante vos querés que respete a tu hijo, porque es tuyo? Estás totalmente loco macho, y te estás pasando por las bolas setenta mil años de instinto humano.
    Sigamos excluyendo, sigamos encarcelando a todo un sector de la sociedad, bajemos la imputabilidad a nueve años y repartamos pena de muerte. Si alguien cree que con eso podremos dormir más tranquilos, dale...

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  8. Fabián:
    Hace unos meses hablaba de eso con Diego Chichizola, integrante de Pelota de Trapo. Me día algo parecido. ¿Por qué no hacerlos punibles desde que son bebés?¿Qué importa? Igual se mueren en las cárceles a cielo abierto que son las villas del conurbano. Si se mueren ahí (o en la calle) todo bien, nadie grita, o va a la TV, o se arranca el vestido. Pero si cruza los límites, si se hace visible, ahí suenan todas las alarmas.
    Lo dicho, el huevo de la serpiente.

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  9. Hay, en esta historia del chiquito, nacido para morir, luego de la "salidera" que no llama la atención.
    Cuando pasan cosas así, la amplificación funciona hasta el delirio, "hay que matarlos a todos", "les imporrtan los derechos humanos de estos infelices", etc, etc. - Mucha indignación, y muy clasista la indignación, a tal punto que aunque llegara a comprobarse la complicidad del cajero entregador, éste "no existe", se menciona poco y nada y es tan delincuente e hijo de puta como los autores materiales. Cierto, es de usar corbata, "no puede ser igual a ésos".
    Como tampoco tiene responsabilidad esa patria financiera que no gasta una moneda en seguridad, en policía que no repartan boletas de depósito y sí vigilen, en filmadoras truchas o que no filman y así, una laaaarga lista de complicidades efectivas.
    Los ríos de tinta y las horas y horas de audio y video, para repetir un mismo guión básico; hay que reventar al pobrerío. ¿Se acuerdan de ese tesorero en Santa Fe que se afanó como 2 millones verdes y que era visto casi como héroe nacional?
    "Idignación" de patas cortas, no?

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Bueno, os dejo en libertad. Disculpen las molestias ocasionadas.