Los funcionarios de la Iglesia Católica, sobre todo los jerárquicos, son muy duchos en el arte del sofisma. Si uno se descuida te pueden vender cualquier verdura, hacerte cruzar el río con tacos Luis XV o dejarte parado sosteniendo el Obelisco para que no se derrumbe.
Uno de los más hábiles lenguaraces que tienen es el obispo Aguer, de La Plata.
Observemos el articulito taken de Valores Religiosos.
En él se reseña el malestar, "crispación" le dicen ahora, que tienen los padres de alumnos de Liceos Militares porque les sacaron del programa la enseñanza de la religión Católica. Tienen derecho a protestar, por supuesto. No es ése el tema.
Lo interesante aparece cuando Aguer toma la palabra. Dice muy suelto de cuerpo que la decisión "implica un lamentable retroceso". Cierto, porque le quita un lindo negocio a don Aguer. Pero además declara "no se debe excluir la dimensión espiritual y religiosa del currículo escolar".
Justifica lo dicho parafraseando a la Ley de Edudación Nacional del 2007 en donde se consagra la educación integral.
Ya habrán advertido la trampa. Aguer con la cara de piedra que lo caracteriza, subsume la "dimensión espiritual y religiosa del CV" a la enseñanza de la religión Católica. La espiritualidad consiste, según Aguer, en enseñar los preceptos del catolicismo.
Supongamos por un momento que se colocara en el programa de estudio una materia llamada "Historia de la Religión en Argentina" en donde se enseñara la historia de las religiones que profesan los habitantes del país o bien "Historia de las Religiones del Mundo". O sea, atender a la dimensión espiritual y religiosa, además de la diversidad ¿Aguer estaría de acuerdo?
Claro que no.
Porque a Aguer le succiona un testículo la "dimensión espiritual y religiosa" en tanto no sea manejada por la Iglesia Católica. Si en esa dimensión además se incluyera al judaismo, al islamismo, al budismo, etc., Aguer desde el púlpito lanzaría anatemas y condenaría por hereje a cualquiera que se atreviera a indicar que la religión católica no tiene preponderancia por sobre las demás o por sobre los que no profesan religión alguna.
Por eso ¡tomá Aguer!, guardate los espejitos de colores allí donde la espalda pierde su buen nombre.
Nota:
No está de más indicar que Aguer se queja, no sólo porque le van a quitar el control de la "dimensión espiritual y religiosa" sino porque además la guita que le garpan a los curas que enseñan religión católica y lo que el Gobierno le paga a la Iglesia Católica por ese item se corta. Y ya se sabe que por las rupias danza la cobra.
Excelente post. Creo recordar que también la Iglesia impuso el celibato, porque si los curas dejaban descendencia, legarían sus propiedades territoriales a sus hijos y las perdería la iglesia.
ResponderEliminarPrometeo:
ResponderEliminarSi señor. Cada vez que los pibes del Pulpito (así, escrito sin acento muy a propósito) pierden alguna regalía disfrazan su malestar con una crítica de índole espiritual.
La vieja y gastada "falacia de afirmación del consecuente", para variar.
ResponderEliminarSi P entonces Q (Premisa verdadera)
Q (Premisa verdadera)
----------------------------
P (Conclusión falsa)
Veamos:
Si se excluye a la dimensión espiritual y religiosa del currículo escolar, entonces se excluye a la enseñanza católica de la currícula escolar(premisa verdadera)
Se excluye a la enseñanza católica de la currícula escolar(premisa verdadera)
-----------------------------------------
Luego; Se excluye a la dimensión espiritual y religiosa del currículo escolar (conclusión falsa)
En este punto, no quedá más que citar las certera palabras de Dormidano:
"tomá Aguer!, guardate los espejitos de colores allí donde la espalda pierde su buen nombre"