sábado, 24 de abril de 2010

¿EN SERIO, NO ME DIGAS?

Yo suponía que esta era una de esas cosas que formaba parte del sentido común, o debería formar parte del sentido común. Pero claro, se necesita una investigación de EE.UU. para que alguien aquí le de pelota. El viejo y nunca bien ponderado prejuicio de cientificidad made in cualquier lado que no se acá.
Es un hecho que la calidad de los docentes impacta en la naturaleza del aprendizaje. Y un docente de calidad necesita una formación de calidad, que le permita obtener las herramientas necesarias para ser un buen docente, requiere además un plan de carrera y desarrollo profesional que contemple capacitación continua, acceso a materiales educativos de primer nivel, la posibilidad de desarrollar el área de Investigación Educativa de la mano de las propias prácticas de enseñanza-aprendizaje, requiere que a la profesión docente se le otorgue rango de profesión. 
Claro, todo lo anterior necesita una inversión considerable y permanente. Porque un buen docente no es producto de un par de años de estudio o del azar. Y cuando el docente está formado y trabajando necesita el soporte, efectivo, para seguir perfeccionándose, mejorando sus capacidades, los instrumentos que usa para enseñar, etc. Y eso significa mayor inversión aún. Porque además ese docente tiene una familia, come o intenta comer todos los días, tiene hijos a su vez que estudian y una vida, etc.
La Educación y los Docentes son dos palabras que habitan todos los discursos de campaña, pero son malas palabras cuando se trata de poner en actos las promesas al pedo que escuchamos de todos los candidatos. 
¡Chocolate por la noticia! Por supuesto que un buen docente impulsa mejores aprendizajes.
No hace falta ningún estudio Made in USA para saberlo.
Hace falta sí que los "sorprendidos" que ahora se arrancan las vestiduras dejen de simular que no sabían lo que ya sabían.

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Bueno, os dejo en libertad. Disculpen las molestias ocasionadas.