La Iglesia Católica boliviana está que bufa. Echa espuma por la boca como cualquier poseído que se precie de tal y le busca el pelo al huevo a todo lo que Evo Morales haga o deje de hacer. En este caso comportándose como el famoso perro del hortelano, que no come ni deja comer.
La constitución boliviana estableció que Bolivia es un Estado Laico Plurinacional. En la práctica esto implica desplazar a la cosmovisión dominante establecida desde la conquista por la Iglesia Católica y reconocer que existen otras miradas sobre la trascendencia y la divinidad, que existen otros sujetos sociales distintos a los sectores económica y culturalmente dominantes. Y que esos sectores son actores políticos con voz, voto y derechos.
Dado que Morales es aymara, lógico es que participe en ceremonias correspondientes a esa religión. Que un estado sea Laico no implica que sus funcionarios, presidente incluído, no puedan expresar sus preferencias religiosas.
No lo entienden así los "medios serios" bolivianos que salieron en tropel a señalar que Evo Morales viola la Constitución porque participa en "ritos ancestrales":
Pero no es ésto lo que les molesta. Lo que jode y mucho al establishment boliviano es lo que ellos llaman "borrar la memoria". Curiosa descripción de lo contrario, o sea, la recuperación de la memoria histórica.
De este tema, como no podría ser de otra manera, se ocupa el sumplemento Valores Religiosos del diario Claringrillito, que apenas puede disimular sus simpatías con los críticos bolivianos.
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Bueno, os dejo en libertad. Disculpen las molestias ocasionadas.