El fútbol y el blanqueo internacional de capitales
"Los medios eficaces para blanquear dinero están aumentando, ya sea a través de fórmulas menos sofisticadas, como las tarjetas prepago, o cuenten con una dosis extra de inventiva, caso de las operaciones ligadas al comercio internacional de bienes. Pero si hay un sector emergente, ese es el del ámbito deportivo. Así lo cuenta Juan Miguel del Cid, Catedrático de escuela universitaria de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Granada-España, en el libro Blanqueo internacional de capitales (ediciones Deusto,2008), un texto en el que se repasan las posibilidades que ha abierto la globalización a la circulación de capitales ilícitos, así como su casuística más habitual.
Y el deporte es ya uno de los sectores de mayor riesgo. Especialmente el fútbol, cuya configuración de negocio abre las puertas a numerosas posibilidades para que el dinero pase de unos países a otros. Y no son sólo sospechas: algunas investigaciones judiciales, que habían asociado inversiones multimillonarias en el fútbol a mafias internacionales, acabaron en procesamiento. Así, la justicia federal brasileña ordenó la detención del millonario iraní Kia Joorabchian, representante en Brasil del fondo de inversiones MSI (propietario del Corinthians), y procesó a presidente y dirigentes del club por blanqueo de dinero. Igualmente, Alexandre Martins y Reinaldo Pitta, agentes de Ronaldo, fueron juzgados en 2003 por haber enviado ilegalmente 34 millones de dólares a Suiza y condenados a once años de prisión, pena que está a la espera de resolución de recurso. A finales de 2005 fueron detenidos de nuevo como presuntos responsables de una organización dedicada a la evasión fiscal y al lavado de dinero.
Como apunta Juan Miguel del Cid, “el fútbol es un deporte que se presta al blanqueo. En primer lugar, porque todos los negocios que son intensivos en dinero efectivo son también proclives a ser utilizados para esos fines. Por ejemplo, falseando el número de asistentes e incrementando así el dinero recaudado en taquilla”. Pero también porque facilita transacciones internacionales poco claras con operaciones “como la compra de equipos, algunos de los cuales han sido adquiridos por magnates con fortunas nada transparentes. Es el caso del Chelsea: (Roman) Abramovich es uno de esos oligarcas que se han hecho ricos con las privatizaciones de las empresas estatales y que ha sido vinculado con las mafias. Y a los oligarcas, comprar un club de fútbol les permite tanto blanquear dinero como obtener relevancia social”.
Otra operación utilizada con frecuencia son los traspasos. “Dado que el precio real sólo lo saben los intervinientes, basta con fijar un precio por encima del estipulado y así se pueden pasar de un país a otro sin problema cantidades adicionales”. También las operaciones de patrocinio, “como el caso aquel en que un ayuntamiento pagó para que un equipo madrileño llevase publicidad en su camiseta”, son susceptibles de ser utilizadas para el blanqueo. El sector emergente es el de las apuestas: los amaños en partidos de tenis y fútbol comienzan a ser noticia habitual. “Como apuestas sobre seguro, todo el dinero ganado en esa operación tiene ya cobertura legal: es como cuando se compra un billete premiado de la lotería, otro de los procedimientos habituales”. Por eso, asegura Miguel del Cid, “la FIFA está insistiendo mucho en la transparencia”. Aunque sin demasiado éxito.
Mucho dinero en efectivo de actividades delictivas.
En todo caso, y al margen de los mecanismos que se utilicen para introducir el capital ilícito en la economía legal, resulta preocupante la cantidad de efectivo proveniente de actividades delictivas que entra en circulación. Con consecuencias negativas en casi todos los órdenes, “ya que el dinero negro hace subir el precio de las cosas, como ocurre en el sector inmobiliario”. Sin embargo, existe “cierta tolerancia con ese capital ilícito, ya que también contribuye al funcionamiento del sistema”. Juan Miguel del Cid señala que “hasta el año 2001, los países lo observaban con cierta permisividad porque les venía bien para mejorar su economía. Y los bancos lo aceptaban porque así captaban dinero. No se hacían demasiadas preguntas. Pero a raíz del 11-S saltan las alarmas porque el blanqueo se ve unido a la financiación del terrorismo”. Lo que ocurre es que, desde entonces, “las medidas de persecución que se han puesto en marcha están encaminadas a dificultar que se financien los terroristas o que aflore el dinero de la droga pero no tanto al fraude fiscal”.
Pero, sean cuales sean las medidas legales nacionales que se establezcan, lo tendrán mucho más difícil si se continúa tolerando la existencia de paraísos fiscales, “una especie de agujero negro donde se pierde la pista del dinero”. Según las estimaciones del Banco Internacional de Pagos, la quinta parte de los depósitos bancarios existentes en todo el mundo estaban localizados en centros financieros offshore, lo que muestra su importancia real. A esas cuentas, protegidas por el secreto bancario, van a parar recursos que provienen de la delincuencia y de la corrupción. Pero también son sistemáticamente utilizados por grandes empresas: “actualmente, más del 60% del comercio internacional se realiza entre filiales de empresas multinacionales. Y los paraísos fiscales les brindan la oportunidad de colocar los beneficios en jurisdicciones de nula fiscalidad“.
También existen grandes lagunas dentro del sistema financiero, como la banca privada, a la que recurre con frecuencia la corrupción política. “La banca tiene una obligación, denominada Conozca a su cliente, según la cual han de identificar la legalidad de la fuente de riqueza de los clientes. En caso contrario, habrían de comunicar a las autoridades que se trata de una operación sospechosa. En la banca privada esta diligencia debería ser mayor porque estamos en un sector sensible, pero son pautas que no siempre se aplican. Se dice, por ejemplo, que Putin tiene una fortuna de 40.000 millones de dólares (sería la persona más rica de Europa) en cuentas en Suiza. Y numerosos dirigentes corruptos del tercer mundo han recurrido sin problemas a estos mecanismos”. Y es que el sector financiero cuenta con medidas para impedir el blanqueo que no observan en todos los casos: “en mi experiencia, por conversaciones con medios policiales, parece que los bancos se resisten a colaborar con los juzgados. No son muy proclives a colaborar con la Justicia”.
En definitiva, estamos ante un problema de solución dificilísima, en la medida en que, además de las posibilidades estructurales y legales abiertas para que el blanqueo se produzca, hay una serie de profesionales cualificados cuya tarea principal es inventar nuevas formas de lavado de capitales. Como asegura Juan Miguel del Cid, “las operaciones de blanqueo están diseñadas por abogados, auditores y asesores financieros y en algunos casos por grandes consultoras: el blanqueador es un profesional”.
Amigo, quería avisarte que una parte de mi se vino paquí también!!
ResponderEliminarAhora si podré decir ¡no me lee nadie!
:-)))))))
Juaaaaaaaa!!!!
ResponderEliminarLo bueno de andar por acá Don Renzi es que la casa que uno se arma tiene más de uno que allá.
Bienvenido!!!
Trabajo en un banco y hemos cambiado este año el procedimiento de admisión de clientes con el fin de prevenir aún más el blanqueo de capitales: es un tema cada vez más serio e importante.
ResponderEliminarSaludos.
Josito:
ResponderEliminarEs un tema complicado.
Sobre todo por eso último que informa el artículo. Porque hay ejércitos de especialistas diseñando mecanismos de lavado.
Lo del deporte también es complicado de seguir, por eso del sentimiento involucrado en el asunto.
Saludos