lunes, 30 de septiembre de 2013

ANALFABETO POLÍTICO: OPUS I

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El Analfabestia Político
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El analfabetismo político es uno de los peores analfabetismos. En rigor de verdad, el analfabetismo político es letal, dado que sus consecuencias son de orden colectivo, y todos pagamos el pato (y en este caso el todos tiene entidad y peso) cuando el analfabeto político toma una u otro camino montado en el jamelgo de la supina ignorancia que él considera un caballo de carrera.
Este es el peor de los problemas del analfabeto político: conjetura que su desconocimiento es una virtud y que la miopía de su criterio es un valor para atesorar.
Como transita por la vida con esa falsa certidumbre, pontifica a dedo índice suelto, desparramando errores de apreciación y razonamientos sin fundamento por todas partes. De la misma forma se apropia de argumentos que no poseen mayor peso que la repetición. Los reproduce con el mismo gesto de suficiencia con el que descalifica lo que no comprende y desestima aquellos senderos que le exigen análisis profundos y sostenidos.
Porque antes que todo y previo a nada, la condición que distingue al analfabeto político es la pereza intelectual. La pachorra domina sus incursiones en el mundo de las ideas, pero como quiere tener razón a como de lugar y contra cualquier evidencia recurre a los reservorios de frases y pensamientos hechos, de forma tal de simular una idoneidad que no posee.
Así, veremos al analfabeto político despotricando contra el marxismo o el neoliberalismo sin haber transitado ni siquiera un tibio manual que le explique los rudimentos de ambos. No tener idea de lo que está hablando no es impedimento alguno: el conocimiento puede ser reemplazado por la batería de opiniones y prejuicios que ha escuchado por ahí (sobre los que tampoco ha meditado demasiado) y que amplifica con gesto de mono sabio
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Si les gustó o quieren más argumentos para insultarme to be continued...
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viernes, 27 de septiembre de 2013

HIJO DE LAICO

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El tipo no para de temblar, claro está.

PROFESIONALES AL RESCATE II

Qué van a pensar de nosotros en las Uropas ¿no?
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La entrevista podría resumirse en "todos vamos a morir".
Pero ese título ya lo usé muchas veces.

PROFESIONALES AL RESCATE

Antes que nada, hay que revisar el CV de Pablo Guidotti. Para que nadie piense que el tipo es incoherente con su formación y prontuario, claro está.
¿Listo? Bueno, ahora recordemos algunas de sus hazañas: Acá un listado de las mismas y una muy interesante, ocurrida cuando el gobierno de Carlos Saúl I hacía agua por los cuatro lados. Léanla, comprobarán que hay datos muy interesantes que aniquilan las opiniones que el señor tiene ahora. Digo, lo de la "voracidad fiscal".
¿Listo?
Bien, ahora en contexto (lo que Ámbito Pendenciero no hace, poner las opiniones en contexto) vamos a las consideraciones de Guidotti. Aunque ya saben más o menos lo que va a decir.
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Nada mejor que un defensor de los dineros públicos para opinar sobre Presupuesto. Ahh, el presupuesto que no presentaron durante su gestión ni una sola vez en los plazos acordados, por otra parte. Un detallito ¿vio?

jueves, 26 de septiembre de 2013

LA VIGA EN EL PROPIO

Quizás sería bueno sugerirle a diarios como ABC de España y los que andan por los mismos carriles que comprueben lo que dice Fito Páez en aquella canción: "Dar media vuelta y ver qué pasa allá afuera / no todo el mundo tiene primavera". A tal efecto les bastaría revisar la situación española contenporáneamente aterradora y abandonar la soberbia que los distingue (soberbia que comparten con todos los neoliberales de su calaña).
Aunque ahora que lo pienso, lo que ocurre en España no les molesta ni disgusta, dado que en medio de la crisis que las políticas que propugnan ha generado, hay un enorme traspaso de recursos públicos a manos privadas. Por eso aplauden y elaboran prodigiosas excusas para justificar ese saqueo.
Que los españoles se mueran de hambre o no, que estén desempleados o no, que estén próximos a ser pobres o no, les chupa un huevo, no les interesa. Porque saben lo que ocurre, lo empujan y se aprovechan para hacer la diferencia.
Y mientras tanto se dan el lujo de sermonear y señalar con el dedo. En un gesto que los pinta de cuerpo entero.
Muchachos: acá ya los hemos visto en acción y nos ha sangrado el tujes como resultado de su "profesionalidad técnica". Me encantaría decir que estamos curados de espanto, pero no estoy seguro.
Porque hubo unas PASO ¿vió Doña Rosa? Y allí Ud. volvió a elegir a los que le rompieron las asentaderas hace 10 años, más o menos, o sea, aquicito nomás. Por eso no me animo a decir que aprendimos, porque en una de esas no aprendimos.

NO ESCUCHARON A SU JEFE

Francisco habla y pasa el Roca.
Se les va a enojar si siguen haciendo estas cosas.
O no. Quién sabe.
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miércoles, 25 de septiembre de 2013

DÍA INTERNACIONAL DEL EJÉRCITO ARGENTINO

1.-Jamás le diría a un cirujano cómo realizar una operación a corazón abierto, mucho menos acometería semejante tarea. De la misma forma nunca aconsejaría a un ingeniero acerca de los cálculos que realiza sobre la resistencia de los materiales destinados a la perforación de un pozo petrolero, ese trabajo excede mi capacidad y formación. Diseñar un edificio, proyectarlo, transmitir esas ideas a planos y maquetas es algo para lo cuál no estoy preparado y no tengo ninguna autoridad para opinar sobre el trabajo del arquitecto, a lo sumo el edificio, casa o puente me puede gustar o no, puede gustarme o no la escuela arquitectónica a la que pertenece, pero no puedo decir mucho más.
¿Y esto por qué? Porque no soy médico, ingeniero o arquitecto. No tengo la competencia profesional requerida para asumir la tarea de cualquiera de ellos y mis opiniones serán necesariamente las de un lego (con menor o mayor fundamento, pero lego al fin)
Entonces: ¿por qué los profesionales antedichos y varios más encaran la docencia sin contemplar el simple hecho de que no han recibido formación profesional para ejercerla? La docencia, la educación formal y sistemática no es una actividad simple, que se pueda acometer sin más pertrecho que una sólida formación intelectual. Esta última es un requisito fundamental, pero por sí sola no alcanza. Cualquier sujeto que desee enseñar debe aprender cómo se enseña, dado que la docencia requiere una formación particular que contempla el desarrollo de habilidades específicas que son fundamentales para más o menos acertar el vizcachazo.
No es soplar y hacer botellas. Pararse delante de un pizarrón y desarrollar un tema es apenas una parte del asunto. Hay mucho más en danza. Y quien esté dispuesto a dedicarse a la docencia, incluso parcialmente, debe saber cuál es el alcance de sus aciertos y errores.
También el docente es un profesional. Y la docencia como disciplina implica el despliegue de una serie de herramientas y recursos que el educador tiene que manejar para llevar adelante su trabajo. Y hay que aprenderlas y aprender a enseñar.
2.-El docente, le guste o no le guste, está en la posición de un intelectual. Su tarea es intelectual. Entonces, además de saber cómo enseñar (técnicas, herramientas, recursos, etc.) debe poseer una sólida formación intelectual. Formación que es, como se dijo anteriormente, un requisito fundamental pero que no le alcanza dado que deberá seguir capacitándose y formándose en el ámbito intelectual siempre, al menos mientras sea docente, dado que el mundo cambia, los alumnos cambian, los paradigmas cambian y la forma de enseñar y lo que se enseña necesariamente tiene que acompañar estos cambios (y quizás hasta anticiparlos).
El docente, cualquier docente, de cualquier área o materia, no puede darse el lujo de dormir sobre sus primeros conocimientos. De la misma forma un docente está obligado a prescindir del sentido común, de la pseudo-ciencia, tiene que tener un criterio analítico entrenado, capacidad crítica, una mirada que vaya más allá de lo evidente, que pueda reelaborar la cultura de masas que transita por los medios adudiovisuales. Porque como intelectual tiene que enseñar a los alumnos a indagar el mundo, aprehenderlo, renunciando a los lugares comunes y frases hechas. Tiene que poseer, entre otras cosas, un sentido estético desarrollado, ejercitado en la apreciación de objetos artísticos de cualquier soporte: pintura, música, cine, escultura, literatura. El docente tiene la obligación de estar más allá, de ser más profundo,  más incisivo, más analítico que el resto de los sujetos, porque nadie puede guiar a alguien si está aquejado de ceguera.
Si alguien puede perpetrar un afiche que dice "Día Internacional del Ejército Argentino" (caso absolutamente real) y ponerlo en la entrada misma de un colegio a modo de cartelera diré que estamos mal y que vamos peor.
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Epílogo:
La educación está en crisis. Eso no es malo. Significa que se mueve. El problema es cómo se resuelven estas crisis. Ahí está, si me permiten, el meollo del asunto.

martes, 24 de septiembre de 2013

LAS CUENTITAS DEL SEÑOR REATO

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Se está poniendo de moda "desmentir" el número de los desaparecidos. Tal como en este caso, en donde el tipejo éste, Ceferino Reato, descerraja sus remanidos argumentos en torno al número de los desparecidos, incluso indicando que "él mismo contó". Una mente brillante.
Vamos a contestarle a esta lumbrera: primero y principal, siempre supimos que el número que este energúmeno pone en duda es una estimación. Chocolate por la noticia Reato, se estiman 30000 desaparecidos. ¿Y por qué una estimación? Son varios los motivos: los "nombres" a los que alude el periodistoide del artículo corresponden a las denuncias presentadas con nombre y apellido ante la CONADEP y otros organismos de derechos humanos. En estas listas hay 10000 detenidos-desparecidos y 2400 muertos, y según el proyecto www.desaparecidos.org. la secretaría de derechos humanos tendría un listado que alcanzaría a 14000 nombres.
¿Entonces por qué 30000? Las listas contienen los nombres de los que recibieron una denuncia. Pero hubo una enorme cantidad de casos en los que no hubo una denuncia. Por ejemplos, la ruptura del vínculo del desaparecido con su familia, la falta de parientes o amigos que hicieran la denuncia, la represión contra grupos familiares, sociales y laborales que fueron exterminados de forma tal que no quedó nadie para hacer la denuncia, el miedo de los que quedaron lo que les impidió hacer la denuncia, la ausencia de organismos en donde hacer la denuncia etc. Es más, y de acuerdo a lo indicado, es probable que el número de 30000 sea bastante conser vador.
 Cuando el prócer de pantalones cortos, Ceferino Reato, funda sus argumentos sobre "contar" nombres, lo que hace es escamotear la verdad en dos sentidos: no hay una denuncia por cada desaparecido por las razones expuestas y además, contar nombres que sí fueron denunciados oculta la inmensa mayoría de los casos que no lo fueron pero que efectivamente están desaparecidos.
Por otro lado, Reato sabe que los únicos que podrían confirmar estos datos son los amigos a los que él mismo quiere defender. Los militares nunca entregaron los listados de desaparecidos, pese a que llevaban una ominosa contabilidad de esos casos. Si hubiera que pedirle precisiones a alguien, pero Reato jamás lo hará, habría que solicitárselas a los genocidas. Ellos sí tienen la posta. Y permítanme que sospeche: si realmente el número de desaparecidos fuera el que dice Ceferino (de muy mala fe por otra parte) hace rato que los documentos se hubieran filtrado a modo de alegato morigerante. Pero la cifra es inconfesable. Y eso lo sabe Reato y sus simpatías. Por eso juega con la temible incertidumbre de no conocer el nombre de todos los desaparecidos. De todas formas, los datos duros dan por tierra con la estimación de Reato (con la "cuenta", un gran investigador, como se puede ver).
Por último: Reato juega la carta del dolor de los que quedaron, víctimas, familiares, etc. Esta es una muestra de perversidad profunda y lamentable. Primero, porque juega con los sentimientos de esas personas intentando fundar sobre él algún tipo de olvido. Segundo, porque usa ese dolor para intentar clausurar la búsqueda de verdad y justicia que sigue siendo acuciante, más que nada para los que no han podido tener voz, ni rostro, ni denuncia, que son silencio. Un silencio que Reato aprovecha para declarar con unánime y arbitrario criterio, que no existen.
Es cierto que los 30000 desaparecidos son una bandera. Que nadie lo dude. Y que son una bandera política. Que tampoco haya dudas sobre esto. Una bandera política que intenta fundar una sociedad sobre la necesidad de esclarecimiento y castigo del horror y todos sus responsables: militares y civiles.
Y pese a que Reato y tipos de su calaña (que hay varios y por suerte hablan y no desaparecen) procuren obturar esa búsqueda, no habrá ni un paso atrás.
Para cerrar diré que siempre se perseguido la justicia. No la venganza. Por eso ningún genocida fue atacado, golpeado, etc. No hubo atentados contra ellos. Dieron cuenta de sus actos en instancias judiciales. Y pagarán sus culpas en la cárcel. Con todas las garantías que la democriacia establece para cualquier ciudadano.
No es moco de pavo, si me lo preguntás. Tipos como Reato y sus amigos no serían tan benévolos, dado que la democracia y la república les interesan como excusas, nada más. 
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Nota: quiero agradecer a Eduardo, comentarista habitual de este blog, por alcanzarme el artículo de Reato. Por lo general no suelo leer La Nación. No tengo un estómago tan resistente. 

¿AGITE CATÓLICO O RECLAMO DE COPYRIGHT?


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Se vino la nueva evangelización.
No digas que no te avisé.

Y YO TENGO UNA TÍA EN SAMPACHO QUE ME CURA EL EMPACHO

Aparte de una afirmación de perogrullo:
¿vendría siendo una propuesta?
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Linda campaña.
Diciendo obviedades.
Así cualquiera.

sábado, 21 de septiembre de 2013

¿SOCIEDAD?

Poner el caso Grassi en "Sociedad" es, al menos, un escamoteo. Mucho más perverso si uno comprueba, como lo hizo este bloguero, que en esa categoría Infoburdo tiene un subtema llamado "policiales" en el que el caso Grassi brilla por su ausencia.
¿Seguimos defendiendo a Julio César muchachos?
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EL MALO Y EL BUENO

Iba a comentar la nota, pero prefiero dejarles el privilegio a Uds.
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¿Clarito no?

PA´ QUE APRENDAN

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¡Derechitos van a marchar!
Pssssssst.

viernes, 20 de septiembre de 2013

BANDERITAS Y GLOBOS

Hoy llegué al trabajo y me encontré con que habían convertido la oficina en un curso de secundaria en plena efervescencia hormonal. Inundado de globos, flores de papel y guirnaldas de pésimo gusto, recordé que se avecina la primavera y con ella, todos los lugares comunes que los sujetos ponen en acto ni bien bajan la bandera de largada.
Las estaciones y la percepción que se tenga de ellas, como no podría ser de otra manera, está mediada por la cultura. Entonces, no importa si te gusta el frío o que en plena canícula no haya forma de pasarla bien con 45 grados a la sombra: como es verano la alegría es obligatoria y jodete. Y con la primavera ni te cuento.
Como si las funciones corporales hubieran estado suspendidas durante otoño e invierno, los locutores de FM dirán cada cinco segundos que esta es "la estación del amor", eufemismo para señalar que la gente se apareará más, como si hubieran guardado un monástico celibato durante seis meses, esperando desfogarse apenas el primer vendedor de pensamientos pise la esquina.
Con toda la petulancia de las frases hechas una manada de ciudadanos repetirá como un mantra que ahora la felicidad es posible, que las tardes tibias y las noches agradables, que ya llegó la primavera entonces las flores, los pajaritos, la ropa de temporada y etc. El optimismo será una obligación porque "estamos en primavera ¿vistes?".
La música que ponen en las radios seguirá la tendencia y tendremos en televisión una seguidilla de despropósitos  coronada por la explosión jaculatoria de Crónica y el final de la cuenta regresiva.
Es que hasta el 20, o sea hoy, todos estamos tristes, porque es invierno. Y en invierno la gente vive apesadumbrada, tiene una existencia gris perla, opaca y carente de estímulos. El invierno se sufre, el frío se padece y el ánimo está de luto.
Los pronosticadores, con sus objetivas apreciaciones, contribuyen a reforzar esa sensación: si está frío es mal tiempo, si llueve también, si hace calor el tiempo mejora y si el sol te quema las neuronas es buen clima que empeoraría si refrescara un tanto.
Aunque el invierno, en este caso el bonaerense y porteño, no haya sido riguroso, es una obligación moral denostarlo, no sea cosa. Y no te atrevas a decir que la primavera te parece una porquería más que nada por los que deciden que la primavera te tiene que gustar o te reviento.
Mañana, como por arte de magia mediática, una gran porción de la humanidad decidirá festejar quién sabe qué, porque el tiempo en que se celebraba la llegada de la estación en donde era posible cultivar los alimentos que serían consumidos durante el otoño y el invierno, en la cual los animales que serían consumidos cuando apretara el clima podrían engordar, en la que se podía reparar las casas y corrales dado que antes el invierno había impedido tal labor, ha pasado. Porque esa alegría tenía su asidero en la certeza de haber sobrevivido luchando con el entorno.
Hace rato que la civilización nos ha relevado de estos apuros. Sin embargo persiste como un eco, más bien un remedo de aquellos jolgorios esta alegría de mercado.
Una última y lapidaria apreciación: mañana los vendedores de flores invadirán la ciudad. Y tendrá lugar una ironía que nos pinta de cuerpo presente como en un velorio: el símbolo de la primavera, una flor que es la objetivación del ciclo de la naturaleza, será cortada para festejar su propio nacimiento. Mira vos.
Feliz primavera para los que así lo decidan.
Yo paso a cuarteles de verano a esperar el otoño y más que nada, el invierno.

jueves, 19 de septiembre de 2013

OTRA QUE FRATERNIDAD, OMERTÁ

"Maturano también se refirió al procesamiento del maquinista que conducía el tren que chocó en Castelar - hecho en el que murieron tres personas y hubo más de 300 heridos- y opinó que "lo más fácil es culpar al trabajador para salvar responsabilidades ajenas".
El sindicalista aseguró que el video que se difundió con las imágenes del accidente tomadas desde la cabina son "truchas" y que "el video está editado y está cortado en varias partes". "Si se equivocó lo va a decidir la justicia, pero no hay por qué apurarse", lanzó."
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No se puede tapar el sol con las manos Maturano. La búsqueda de excusas, disculpas y chicanas por parte de La Fraternidad es patético. Y ominoso. Más que nada porque todos los errores, omisiones, engañapíchangas y demás, cuestan, entre otras cosas, vidas. Además de la tranquilidad de los que viajan en tren, que sufren los despropósitos a los que los somete un gremio que usa la prepotencia como un ariete.
Los hechos Marutano no están sujetos a plebiscito. El video tomado desde la cabina es una evidencia. De cemento, por otra parte, dado que muestra lo que pasó minutos antes del impacto. Jorobar con que está "editado" y que es "trucho" es propio de un cretino, de un imbécil.
Culpar al conductor no es el camino más simple. Pero descartadas cuestiones técnicas, porque los peritos dieron un veredicto sobre el estado de los frenos también lapidario, lo que va quedando es el maquinista. ¿O le echamos la culpa al Cuco y al Hombre de la Bola Marutano?
El grado de prepotencia que muestra La Fraternidad es notable. Tan grande como la desidia con la que sus adherentes desempeñan sus tareas. Parece que los pasajeros, para los tipos de La Fraternidad, son enemigos. Mientras más los jodás, cagués y hagas sufrir, mejor.
Mientras hacen todo como el tujes, mientras ponen palanca en boludo y trabajan casi a reglamento, demorando formaciones, complicando frecuencias, jodiéndole la vida a los pasajeros todos y cada uno de los días en los que uno tiene el castigo de viajar en tren, los señores se ofenden porque los van a controlar.
Yo subo la apuesta: no solo hay que controlarlos, sino que, el que no de la talla se tiene que ir a laburar de otra cosa. Y vuelvo a subirla: cuando no cumplan (como no cumplen) ni siquiera con los horarios normales y establecidos, también tienen que sufrir todo el rigor de la ley.
Y si no les gusta que se dediquen al bonsai. O al origami Maturano, aunque sospecho que Ud. ya ha solucionado su tranquilidad económica hace un tiempo ¿no?  




¿ Y QUÉ VA A DECIR?

Lo único que falta.
Que tenga que tener ideas.
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Las "excusas" son peores que la negativa.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

SUPONGANDO

Supongamos por un momento que el gobierno nacional hubiera hecho, hiciera y hará todo bien, sin errores, con puros aciertos acertados. Que no hubiera cometido, ni cometa ni cometerá ninguna equivocación. Que sus acciones hayan sido y serán impecables. Sin corruptos que corrompan ni corruptos que se dejen corromper.
Ponele.
En esa coyuntura ¿los medios "serios e independientes" dejarían de desparramar mierda todos los días religiosamente como vienen haciendo desde hace mucho tiempo mientras dicen que no los dejan hablar y que la censura y que el autoritarismo y que la confrontación y que esta no es una república la puta madre que los parió zurdos montoneros troscovitas vamos tradición, familia y propiedad y viva el Papa que se han olvidado de dios laicos pelotudos y por eso el supremo nos castiga por herejes y marxistoides progresistas subversivos?
Suponete que estuviéramos nadando en la más abundante de las prosperidades, que no hubiera más pobres, ni mal alimentados, que el pleno empleo fuera una condición de arranque, que nadie anduviera por ahí apaleando indigentes y aborígenes, que todos, pero todos, tuviéramos la panza llena y el corazón contento de satisfecha satisfacción, etc.
En esas condiciones ¿los medios "serios e independientes" desistirían de su discurso apocalíptico en el que se destaca que si no hemos implosionado se debe sólamente a que ellos están ahí para ser independientes del control ciudadano y dependientes de la línea editorial que dicen no tener y que la realidad coincide punto a punto con sus palabras y su mirada es la mirada que sirve y vale y si no te gusta jodete, total a nosotros no nos podés sacar como trapo con piojos cada cuatro años porque mierda si nos vas a hacer cumplir la ley porque nosotros fijamos la agenda, los boludos la repiten y los bobos votan a quien la suscriba como propia?
Dúdolo.
Mucho. Dúdolo.
Con entusiasmo. Dúdolo.

martes, 17 de septiembre de 2013

METEME MIEDO

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Entonces ¿cuántos murieron?
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Así funciona.
Más claro echale lavandina.

¿CUÁL?

Sería bueno que los señores periodistas entendieran que la Iglesia Católica no es "La Iglesia". Al menos porque hay varias iglesias en el país y no son todas católicas. Y además porque el catolicismo es uno de los tantos cultos que se profesan en Argentina, no el único. ¿Ta claro?
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Por otro lado, seguro que lo donan ¿no?

TODOS MORIREMOS UNA VEZ MÁS Y YA VAN VARIAS

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Arrepentíos, demonios populistas.

lunes, 16 de septiembre de 2013

CÓMPLICES

En mi barrio les dicen "cómplices"
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Entre bueyes...

MUCHO PERDÓN PERO SIGUEN EN LA MISMA

Lo que deberían hacer es pedir justicia.
Y renunciar al verso de la "reconciliación".
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Casualmente, las heridas son de los desaparecidos.
Casualmente, las heridas son de los asesinados.
Casualmente, las heridas son de los torturados.
Esas heridas se curan con justicia.
Esas heridas se curan con memoria.

LA SUSTITUTA

El problema acuciante de la democracia actual es la sustitución. La letra de las leyes indica que el legislador representa al soberano, pero en la práctica por lo general se opera una sustitución. O sea, el legislador ocupa el lugar del soberano y acúa en su propio nombre, mientras pretende representar al sustituído.
Lo que Ocaña confiesa sin pudor en este afiche, por otra parte.
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Gracias "Hormiguita" por la confesión.

viernes, 13 de septiembre de 2013

MILAGROS INESPERADOS

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Milagros Inesperados:

1.-Plomito
A mediados de 1982 cursaba alegremente mi tercer año de secundaria, con los vaivenes propios del asunto. Ni qué decir que teníamos la guerra de Malvinas fresquita en las retinas, que se adivinaba un cambio de aire y que eso se notaba por la explosión del rock nacional que ahora sonaba en todas las radios.
En medio de esa detonación musical estábamos cuando, de buenas a primeras, vino un señor con pinta de productor de algo a nuestro colegio. Pasó curso por curso a partir de tercer año. Traía un pedido simple pero que requería fuerza bruta. Fuerza que nunca me faltó, por idem.
Resulta que un grupo de rock venía a tocar en el polideportivo municipal. Cuando construyeron el lugar los diseñadores pensaron que en ese espacio se iban a practicar muchos deportes, por lo que era amplio con entusiasmo, pero jamás se les ocurrió que lo usarían como escenario de recitales, por eso nunca tuvieron en cuenta la acústica del sitio.
Por tanto, para que el grupo se escuchara más o menos bien, era necesario colocar bajo el enorme escenario tachos de doscientos litros llenos de agua que se cubrían luego con un material parecido a la esponja y una tapa con orificios, transparente, de algún tipo de plástico.
Para llevar adelante este laburo de hormiga el señor (que era de la producción del espectáculo) solicitaba voluntarios entre las huestes de nuestro secundario (lo eligió dado que era el más populoso de todos) que estuvieran dispuestos a sacrificar un día de cursada (“¡yo, yo, yo!”) para ayudar con el asunto.
De entre todos los que se ofrecieron (que fueron legión) el señor eligió a los más robustos dada la naturaleza del trabajo. A cambio de los brazos que cargaban, llenaban y sellaban tachos, la producción ofrecía dos entradas al show para cada voluntario. Hubiéramos ido gratis con tal de faltar un día al colegio, pero encima nos regalaban entradas. Tomá mate.
Allá fuimos, bajo la supervisión de varios plomos seniors, armamos la base del escenario y detrás otros operarios montaron la estructura del piso.
Nada que contar, más allá de las anécdotas previsibles en estos casos.
Se preguntarán ¿qué grupo era el que requería semejante infraestructura? Me estoy guardando el nombre porque de lo contrario, no tiene gracia.
Claro que habíamos preguntado quiénes eran los protagonistas del recital, pero éramos todos demasiado adolescentes y, dada la distancia, las novedades llegaban tarde y mal. Un avispado dijo: “-Che, los del recital están en la revista Pelo”. “-Ah mirá”, contestamos nosotros que de música sabíamos tanto como de física nuclear.
¿Quiénes eran? El grupo que venía a tocar era Serú Girán.
Que en esa época comenzaba a tener una fama considerable. Nuestro desconocimiento nos valió el comentario ácido de uno que sí los junaba. No fueron precisamente alabanzas las que nos dedicó.
Un poco más avivados fuimos al recital y tuvimos el inmenso honor de ver y escuchar en vivo, a uno de los mejores grupos de rock argentino de todos los tiempos.
De casualidad. De pedo dicen en el barrio.
Un milagro inesperado. El primero.
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2.-El hombre del pijama a rayas
En el colegio en donde atravesé mi secundaria se acostumbraba a ir de de viaje de promoción a Mar del Plata. La mecánica del emprendimiento era, casi como en todos lados, hacer eventos, vender empanadas, organizar bailes, etc., para juntar los morlacos necesarios y luego, pumba, de viaje con toda la pandilla en plan de invasión.
Con lo que habíamos rapiñado trabajosamente, logramos pagar un viaje a la felicity de quince días. ¡Quince días! Calculá. Pensión completa, boliches, excursiones y demases, todo incluido.
Pero claro, la rumba era amplia y extensa por lo que, el dinero que cada uno había llevado de refuerzo, se evaporó a la velocidad del rayo.
De suerte que, faltando tres días para volver al hogar, no teníamos un mango partido por la mitad. Con lo cual, solo quedaba como estrategia disfrutar de los placeres que habíamos prepagado. No había disponible para ninguna otra cosa.
Solo algunos previsores habían encanutado algo de efectivo para comprar los alfajores que llevarían de recuerdo a sus familiares. No me contaba entre esos prudentes, claro está.
Decía, sin un mango, con solo las ganas, estábamos desparramados en la rambla, muy cerca de los lobos de piedra, pensando qué hacer con nuestra bancarrota, mirando como todos huían en dirección a los boliches sin poder seguirlos.
Era un grupo de adolescentes bastante lamentable: echados de cualquier manera en el piso, parecíamos lo que éramos, chicos sin recursos.
Mientras lamentábamos nuestra suerte jueperra, apareció un tipo (al que ahora llamarían “tarjetero”) que nos ofreció entrar a un boliche gratis. Por supuesto, paramos la oreja dado que había sonado la palabra mágica: “gratis”.
En nuestras condiciones escuchábamos cualquier propuesta. Y claro, aceptamos las entradas que nos pasó el buen hombre.
El tugurio era un boliche un tanto improvisado cerca de la rambla. Que, dada la huida del grueso de los pibes a la zona de boliches, quedaba cuasi desierto. No puedo recordar el nombre, por más que me esfuerzo, eso sí.
Era tal la sequía de asistentes que en el slogan de venta el señor indicó que tocaría una banda en vivo, como un plus para convencernos de aceptar las entradas. Un grupo de Capital Federal, recalcó. A nosotros, hormonalmente alterados, ese dato no nos impresionó. La pregunta crucial era la presencia femenina. Pero como no estábamos para delicadezas, agarramos los tickets y marchamos en disciplinado orden al boliche.
Comprendimos entonces porqué el hombre recorría la rambla ofreciendo el ingreso gratuito a quien quisiera escucharlo. En el salón, enorme, había no más de doscientas personas, con toda la furia. Y supongo que la presencia de esos sujetos obedecía a razones similares a las que nos habían llevado hasta ahí.
Ahora, mujeres había. Lo que calmo nuestras ansias inmediatas, al menos como resultado de la promesa que tal coyuntura entrañaba.
Del grupo “de Capital Federal” ya nos habíamos olvidado cuando de repente se encendieron las luces frontales de un escenario, en el costado del boliche, y se descorrió el telón que lo tapaba. Los músicos entraron a escena ingresando al escenario desde diversos ángulos.
Instalados en sus instrumentos, amagaron unas notas para probar la afinación y el sonido y luego arrancaron con toda la potencia que tenían a mano. Delante de la banda, un micrófono esperaba al que suponíamos, era el cantante. Cosa que efectivamente era así.
El nombrado vocalista surgió de atrás de la batería. Su atuendo era indescriptible (o casi): camiseta blanca sin mangas con el cuello torcido, pantalón ajustado de algodón a rayas blanco y negro, como un pijama (o un pijama, quién sabe), botinetas topperolas con los cordones desatados, pelado, con anteojos oscuros.
¿Ya adivinaron?
Yo tardé bastante en saber quién era, incluso después de saberlo.
El mentado cantor era Luca Prodan, y el grupo al fondo Sumo.
Los mismísimos.
También los vi como el mago Cacarulo, de puro mago.
Y me di cuenta más tarde, nos dimos cuenta debo decir, que en una noche perdida de Mar del Plata habíamos asistido a un concierto de Sumo, comentario que resume mi estupor posterior.
Habíamos tenido ese privilegio. Casi sin quererlo.
El segundo milagro inesperado.

Epílogo:

Pienso: si estos no son milagros, los milagros ¿dónde están?

jueves, 12 de septiembre de 2013

FASHION RULES THE NATION


El titulo se aprovecha del nombre de una canción de Daft Punk que se llama "Television rules the nation", título que muy bien podría haber estado a la cabeza del post pero me dio cosa tan poca elaboración.
¿Por qué "Fashion rules the nation"? No, no me las voy a agarrar con los modistos, modistas y modelos (les dije modistos cuando ahora se hacen llamar "diseñadores", lo parió) aunque tendría. Bueno, un poco sí, pero de costado nomás, no sea cosa.
¿A qué moda me refiero entonces?. Si querés, llamale moda intelectual, aunque es un nombre demasiado pretencioso. Y además el adjetivo le queda enorme y más que nada, poner el concepto moda al lado de intelectual es una licencia poética (dada las condiciones internas del trabajo intelectual que mal puede pasar por la rutinaria uniformización de una moda, que es una serialización del gusto y las costumbres reñida con cualquier exploración racional). ¿Entonces?
Me refiero a esa tendencia creciente de una nada despreciable porción de los sujetos que habitan este país a adherirse a una serie de pensamientos hechos, agendas mediáticas propuestas como guías de pensamiento y posturas que provienen de cualquier ámbito excepto el de la reflexión sobre la propia existencia individual y colectiva.
Me atajo antes de que me peguen: no interesa qué postura, opiniones o ideología tenga o profese cada sujeto. Interesa de dónde proviene esa inclinación. La palabra "moda" aparece cuando el sujeto aludido, sin mediación de análisis alguno, se apropia de la agenda y argumentos ad hoc que le proponen desde cualquier think tank. De cualquiera, resalto.
La forma es contenido dicen, teniendo absoluta razón: dado que el modo de abordaje es acrítico y apidérmico el resultado no puede ser otro que la esteril repetición de un estereotipo. Repetición que sim embargo adquiere volumen propio y significativo cuando se extiende a un número de individuos que reproducen un discurso que no han elaborado y, muchas veces, ni siquiera reelaborado. Cuando se les pide razones acerca de sus opiniones y juicios quedan desnudos, sin la posibilidad de sostener lo dicho con otra cosa que prejuicios (solidificaciones de otros pensamientos hechos sedimentados que formatean el modo de aprehender el mundo).
¿Qué es lo que ha ocurrido?
Entre lo que ocurre y la reflexión sobre lo que ocurre hubo una sustitución. El sentido de los hechos, que por lo general proviene de la reflexión del sujeto sobre la existencia individual y colectiva, ha sido interferido por una mediación distinta, externa, que ha efectuado la operación de resignificación de la realidad y dicta este suprasentido usando canales de comunicación masivos. Pero para reforzar la operación, el mediador oculta la mano y sus intenciones (lo que acabo de explicar es algo que por suerte se sabe y mucho, aunque no tanto como debiera)
Si lo piensan un poquito estamos hablando de lo que intenta hacer la publicidad cuando vende un cepillo de dientes: interferir la operación del consumidor sobre la compra o no de un producto, tomar la decisión por él y comunicársela como un imperativo categórico. Es más, cooptar la percepción de la necesidad de una compra, creándola y reforzando ese anhelo mediante amenazas (veladas o explícitas) de castigo social.
Este dispositivo produce y apuntala la mal llamada "opinión pública" que no es otra cosa que el discurso de los sectores dominantes incrustado a fuerza de repetición y tecnología en los sujetos que luego lo reproducen creyendo que hablan en nombre propio. Y que sospechan y recelan del que no adhiere a esos postulados que juzgan eficientes por sí mismos.
Aquí, dado que la ideología se trafica como un objeto, el concepto de "moda" adquiere todo su sentido, en tanto la adhesión del sujeto al discurso circulante lo legitima como individuo frente al colectivo, así como la adquisición del último jean legitima su pertenencia a la sociedad de consumo.
Lo dicho "Fashion rules the nation"  

miércoles, 11 de septiembre de 2013

YO PISÉ LAS CALLES NUEVAMENTE

...
En Argentina se terminaba la dictadura. Corría el año 1983 y de a poco los primeros aires de libertad recorrían las calles. Había miedo, pero un poco menos. Algunos se animaban a decir esta boca es mía. Otros no.
Adolescente, transitando los últimos años de la secundaria, yo asistía a esa lenta mutación, esperando encontrar en acto aquellos ideales que había nutrido en lecturas secretas en medio de los años oscuros.
En Chile era otra cosa. En Chile nada hacía suponer que la dictadura fuera a aflojar un solo tornillo. Pese a las sucesivas crisis, Pinochet gozaba de excelente salud y del apoyo de una nada despreciable porción de los chilenos. La represión, aunque no tenía la ferocidad y extensión de los primeros años, daba muestras de su poder haciendo lo que había aprendido en la Escuela de las Américas: desaparecer hombres y mujeres, torturarlos, vejarlos y por último, matarlos, enterrándolos sin dejar huellas.
Ese horror habitaba justo detrás de la cordillera de Los Andes. Y eso en Mendoza, en donde vivía en ese momento, era muy cerca. Casi a la vuelta de la esquina.
Hundido en la vorágine de la transición, intentando acomodar esquemas, me encontré en una de esas extrañas vueltas que tiene la vida, con un grupo de católicos que no se parecía a los católicos que conocía (y conozco). Sus palabras no olían a naftalina ni a incienso. Decían cosas que sin duda eran un escándalo para la feligresía chupacirios y modosita en boga por aquellos días.
Y hacían otras que no solamente estaban reñidas con la rancia ortodoxia católica. Por ejemplo, daban misa entre el pobrerío apenas provistos de los elementos mínimos. Tomaban mate con esos olvidados, ¡los escuchaban!, les daban una mano cuando tenían que levantar una casilla, les curaban los hijos, etc.
Los conocí por casualidad, no interesa demasiado cómo. También de casualidad compartí con un par mi temprana afición por la montaña. En las cotas más altas de la cordillera uno puede encontrar cualquier cosa, incluso a uno mismo hurgando en su interior para comprender ese afuera que se nos viene encima.
Y como no podía ser de otra manera, nuestro zurdismo compartido nos llevó de cabeza a los comentarios acerca de la dictadura que terminaba y la que reinaba en Chile, apenas unos kilómetros al este de donde estábamos acampando.
Supongo, porque solo puedo suponer dado que jamás pregunté, que la suma de estas coincidencias alentó a mis interlocutores a pedirme ayuda. ¿Ayuda para qué?
Resulta que un grupo de sujetos tan locos como yo o ellos, ayudaba a sacar a chilenos perseguidos por la dictadura a través de los pasos de altura en la cordillera. Pasos que los andinistas usábamos, cuya existencia es un secreto que seguimos guardando para evitar la turistización tan temida.
De noche, al amparo del conocimiento del terreno y con la indispensable complicidad de otros más locos que nosotros del lado chileno, mujeres y hombres escapaban de Chile para salvar su vida en travesías que eran un alarde de imaginación y logística que dejarían en ridículo a “Misión Imposible”.
Además del previsible desgaste de enfrentar a la cordillera son sigilo y por lugares bastante peligrosos, los que huían traían encima las secuelas de la represión: huellas de torturas en el cuerpo, heridas recientes, los nervios a flor de piel, etc. La tristeza infinita de tener que salir de esa forma, la certeza de una pesadilla que podía ser conjurada pero que jamás olvidarían.
Los recibíamos en silencio. Apenas un abrazo, un apretón de manos, una sonrisa de bienvenida. No había tiempo para más. Porque del otro lado podían estar persiguiéndolos y había que andar con celeridad. Por otros pasos igual de tortuosos los guiábamos hasta un lugar seguro en donde se subían a algunos vehículos, desparramándose en casas de otros locos que los albergarían hasta que pudieran salir del país, nuevamente, esta vez rumbo a un exilio más profundo: Europa, México, etc.
Por seguridad (porque la cosa esa peliaguda) no conocíamos ni a los que venían a buscarlos ni a los que ponían el cuerpo y su casa para protegerlos en ese tiempo en que estaban en tránsito.
Como no podía ser de otra manera, en esas circunstancias me encontré con los efectos reales y palpables de la violencia, del terrorismo de estado, del odio puro y duro. En la persona de los que cruzaban tratando de poner a salvo su vida vi objetivado el resultado de las políticas que he combatido toda mi vida.
Si me quedaba algo de inocencia, la perdí en aquellos años. Una lucidez con la que uno debería encontrarse más tarde en la vida me llenó los ojos. Tuve que aprender a vivir con esas pesadillas. Tuve que superar (y no fue fácil) el pesimismo que aparece cuando uno ve a la humanidad golpeada y sufriente. Me costó tiempo y rumbos perdidos. Y tantas veces, demasiadas veces, aquellas imágenes me inundan las noches y tengo ganas de llorar y se me vuelve a anudar la garganta y me miro las manos y me pregunto si podría haber hecho más.
No me sirve la disculpa usual: era un adolescente, y además de todo tenía que llevar una vida más o menos normal y hacer como qué, aplaudir en los actos y festejar la democracia que supimos conseguir y perder.
No fui, no era, no seré un héroe. No lo éramos, ninguno de nosotros. Apenas humanos que, según la frase del Che, sentían en su mejilla el cachetazo que le daban a un hermano en cualquier parte del mundo. Y actuaban.
Han pasado muchos años de aquellos años.
Pese a todo, por las mismas razones, volvería a hacer lo mismo.
Sin dudarlo.
Porque la humanidad doliente, me sigue doliendo.
Hoy es 11 de septiembre.
Vuelvo a abrazar a aquellos que recibí huyendo de una pesadilla. Vuelvo a abrazar a los que extendieron su mano para ayudar a esos humanos profundamente lastimados.
De eso se trata la fe, la trascendencia. Confiar en la humanidad, pese al horror del presente. De eso se trata. Nada más, ni nada menos.
...
Escribí este pequeño texto hace varios años. Ha sufrido correcciones, obviamente. Nunca me decidía a publicarlo por varias cosas. Entre ellas el temor al vedettismo que me sigue embargando y por otro, extender cierta proteccción a los que participaron en estos asuntos.
De lo primero me cuido solo.
De lo segundo ya no hay de qué preocuparse dado que los anónimos lo seguirán siendo y los otros, los no tanto, sonreirán al leer y leerse en este tanteo.
El epílogo explica el título del post.
Fui a Chile por fin. Cuando ya se habían librado de la dictadura. 
Viaje en un colectivo que me dejó en Terminal Los Héroes, en Santiago. Fiel a mis costumbres viajaba al sur de ese país a escalar volcanes. Quienes conocen Santiago saben que Los Héroes está a un paso del Palacio de la Moneda.
Hacia allí me dirigí, caminando despacio, mochila al hombro, temblando de emoción.
Quería ver el lugar en donde Salvador Allende se había suicidado, el lugar que había sido bombardeado por los esbirros de Pinochet. 
Y mientras caminaba una canción me acompañaba: "Yo pisaré las calles nuevamente..."
Llegué al frente de La Moneda. Miré el edificio y dos gruesos lagrimones mojaron mis anteojos.
Había pisado las calles nuevamente de lo que fue Santiago ensangrentada. 
Lloré. Por mi, por los que estaban, por los que ya no estaban.
"En una hermosa plaza liberada, me detendré a llorar por los ausentes"
El hombre nuevo es posible. Eso decían mis lágrimas.
...

martes, 10 de septiembre de 2013

AHORA SI, CERREMO TODO Y VAMOLÓN

Desopilante. Lo que nos faltaba. Odolito opinando de "política", "partidos", y por supuesto, abonando las teorías sobre soberbia y humildad que están en boga en estos días. Lo que tiene que aguantar un boxeador, por Tutatis.
Mostro, fiera, titán, campeón, hagamos un trato: yo no contesto en Odol pregunta y vos dejás de opinar sobre lo que no tenés idea. Para robar alcanza con jugar con la esperanza de la "gente", aprovechándose de los crédulos que suponen que decís cosas importantes porque cada dos palabras metés "amor", "felicidad" y "unidad".
¿Quedamos así?

lunes, 9 de septiembre de 2013

¿QUÉ HACÉS ACÁ?

En una hora y media vuelve Capusotto.
Ojo con perderte un solo minuto.
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Vamos ¡corriendo a preparar la picada!
Parece mentira, hombre grande.

MANAGMENT DIVINO

¿Pensabas que habías visto todo?
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Cerquita de la confesión los consejitos.
A un pasito nomás.

ARMA DE DESTRUCCIÓN MASIVA

No. Siria no.
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Tienen que verder fusiles.
Un poco de comprensión.

TARDE PIASTE

Pero no de quien lo quieren escuchar.
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Por más que le pongas empeño.
Ya no sos la gran esperanza blanca.
Pero, hasta que te des cuenta.

jueves, 5 de septiembre de 2013

EL CIRCULO ROJO

¿Será éste? No creo ¿no? No acostumbran ¡no? Porque son republicanos ¿no? Comprometidos con el devenir democràtico del paìs ¿no? No serìan capaces ¿no?

REDUCTIO AD ABSURDUM

  
La buena noticia es que viene Paco de Lucía a Buenos Aires. Si me preguntás, entre tanto paquete importado que viene a recaudar sin mayor esfuerzo, la presencia del guitarrista es, vaya metáfora gastada, aire fresco en la abigarrada escena porteña.
Lo que no comprendo es la promoción que consta en el ángulo superior derecho del afiche de marras. Por varios motivos, pero más que nada porque es un reduccionismo absurdo. Y no porque Paco de Lucía no sea un enorme guitarrista flamenco, sino porque es tantas cosas más que esta burda definición de un publicista que apenas sabe manejar google ofende por su miopía.
Paco de Lucía -y a los que pasan por este blog a diario no se los tengo que explicar- ha incursionado en casi todos los estilos musicales, estampando en todos su particular visión de la guitarra. Sin duda la impronta que domina su arte es el flamenco, pero quien lo haya escuchado al menos una vez (recomiendo al publicista falto de imaginación buscar "Friday night in San Francisco" en donde Al Di Meola, John McLaughlin y Paco de Lucía acometen con sus guitarras un concierto épico en donde se mezclan estilos y ejecuciones distintas) sabe que además de flamenco, Paco de Lucía se pasea por todo el abanico musical con su guitarra como si tal cosa.
Promocionarlo diciendo "El mejor guitarrista de flamenco del mundo" es ofensivo. Y no hace falta. Simplemente con poner "Paco de Lucía" alcanzaba y sobraba. 


miércoles, 4 de septiembre de 2013

HOMBRES TRABAJANDO


En los foros en donde los empresarios se juntan a cambiar figuritas, los citados hablan como si la riqueza surgiera a la luz del día por sus méritos individuales, por su esfuerzo y dedicación y una vida de contracción al estudio.
Uno puede llegar a creer (y confundirse) que son esos hombres atildados, que elevan brindis y hablan con palabras pseudocientíficas, los responsables de su propia prosperidad.
Me detendría varios párrafos a desmenuzar semejante falacia, pero no tengo tiempo porque tengo que ir a jugar a la quiniela, así que resumo mis apreciaciones con un ejemplo directo pero efectivo.
Supongamos que en este rincón hay un “empresario” de la construcción diciendo que su iniciativa personal, su olfato para los negocios y otros epítetos por el estilo son los causantes de la fortuna que amasó e incrementa un día sí y otro también. Y que debido a eso la consabida riqueza se derrama y así.
Hagamos como que le creemos.
Y pidámosle al empresario que nos acompañe a un baldío en donde se va a construir, por ejemplo, un edificio de ocho pisos.
Dejémoslo parado en el frente mismo del lugar y traigamos al sitio todos los materiales que hacen falta para elevar la construcción. Sin descargarlos, claro está.
Y ahora esperemos el milagro del que habla el empresario. Que, mediante la imposición de sus manos mágicas y por su intercesión, el edificio se eleve mágicamente desde las entrañas de la tierra y proyecte su figura imponente sobre el horizonte.
¿Qué, no pasa nada? ¿Los materiales están ahí riéndose de Janeiro y de nuestra amplia ingenuidad con dependencias?
Si claro, me dirán todos. Para que el edificio exista debe mediar el trabajo de los albañiles, que convertirán una pila de materiales en departamentos.
Listo.
Calculo que ya se entendió.
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La foto la robé de acá

MIEDO AL RETORNO


Se puso de moda (como las calzas ¿ha visto?) decir que hay “miedo”, que la “gente” tiene “miedo” de hablar en contra del gobierno. Repasando quince minutos los noticieros, diarios y/o varios “medios serios” de nuestro país comprobamos que mucho miedo no parece tener la “gente” que habla ahì. De hecho se habla y opina mucho y variado (lo que está muy bien) y se dicen unas barbaridades que Doña Bárbara enrojecería de vergüenza.
Entonces ¿qué cuernos vendría siendo el miedo?
Traduzcamos Cacho.
En realidad “miedo” debe comprenderse como “fastidio”. ¿Fastidio por qué? Porque los que hablan de “miedo” no están acostumbrados al retorno. ¿Qué retorno? El feedback que genera las palabras que vuelcan al aire.
No hace mucho tiempo, por la condición monopólica de los medios concentrados y por la falta de herramientas tecnológicas, muchos próceres de la comunicación hablaban solos, nadie les contestaba públicamente, nadie les pedía razones de sus palabras, nadie podía, en definitiva, cuestionarlos. Porque no tenía el respondente acceso a un medio que amplificara su voz, porque no existía modo alguno de que la respuesta llegara a la misma vez al respondido y a la luz pública.
Esa imposibilidad les garantizaba una impunidad notable, dado que eran la primera y la última palabra. Enmendarles la plana, dejarlos en evidencia, confrontarlos con su historia y opiniones anteriores, con su prontuario, con sus aciertos y errores, era una utopía.
Eso ahora cambió. Porque hay alguno que otro medio que no sigue a la manada, porque hay medios electrónicos (llámese Facebook, Twitter y similares) en donde las palabras y declaraciones tienen inmediata repercusión, porque hay espacios como los blogs en donde las notas periodísticas son analizadas desde otros ángulos, etc. Entonces el que antes hablaba trepado a su pedestal en prístina soledad ahora escucha, ni bien pronuncia sus arengas, las respuestas de los arengados.
Y no le gusta nada. Ni un poco.
Y se fastidia. Se fastidia porque el monolítico dominio de la palabra que antes detentaba se ha quebrado y ahora se encuentra con las consecuencias de sus opiniones y posturas, casi inmediatamente.
No es miedo señores, es fastidio.
Bienvenido sea.

martes, 3 de septiembre de 2013

FALLIDO GRÁFICO

No explico nada ¿no?
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AUTOAVISO

Curioso cartel.
Más que nada pensando que el intendente en cuestión es candidato. Y que sus propios carteles están estampados por todo el espacio público.
Aunque quizás la arenga vaya dirigida a otros partidos políticos, pero bueno, uno es desconfiado che.
...
...
Estuvo piola la intervención del cartel
O cártel, que se yo.

EL PRIMER TRABAJADOR

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Si Hugo. Ajá Hugo.
Ok. Hugo.